Queridos Reyes magos…para este año deseo: más justicia.

 

 

Como cada final de año y comienzo de uno nuevo, la mayoría de gente hacemos un pequeño resumen de todo lo ocurrido durante el mismo. Lo que comúnmente se llama el balance. El conjunto o resultado de este ejercicio nos permite, como a los niños, hacer una lista más o menos larga de deseos para que luego los Reyes –que son mágicos- decidan si te has portado bien y se mereces alguno de tus deseos, o al contario. 
Este pasado 2014 ha sido sin lugar a duda el año de las preferentes, de las hipotecas con opción multidivisa, de las cláusula suelo, de las permutas financieras y ante todo, de las ejecuciones hipotecarias.
Una imagen vale más que mil palabras, y para eso la siguiente ilustración pretende mostrar lo que nos ha acarreado este 2014.

 

Y es que esta mañana todas las entidades de crédito deberían haberse levantado con una pirámide de carbón en la entrada. Por cómo se han –y de hecho siguen- comportándose. 
Y es que durante los ulteriores años se han dedicado a colocar productos inadecuados a perfiles todavía más inadecuados: los consumidores ahorradores y conservadores. La palabra estrella de este 2014 – aparte de “selfie”- ha sido preferentes o cláusulas abusivas.   Ha sido durante estos dos últimos años que los consumidores se han dado cuenta del engaño que sufrieron en su día, y de todas las consecuencias negativas  y perjuicio que les ha conllevado. Tales perjuicio incluso han llevado a muchas familias a perder su casa – su hogar- para que el banco pudiera cambiar la cerradura y convertir ese hogar en uno de los 500.000 pisos vacíos que tiene el país; y dejando literalmente a miles de familia en la calle.
Si bien es cierto que la mayoría de fallos judiciales se están haciendo eco de lo ocurrido, condenando a las entidades peor su mala praxis bancaria, no es suficiente. Las políticas  y las continuas y enésimas reformas a las leyes tampoco son suficientes. Y al final parece que se tenga que pedir un poco de magia de nuestros tres Reyes de Oriente para poder redireccionar y guiar esta nefasta situación.
Y por eso mismo particularmente en mi lista de deseos, se encuentra el que se haga un poco más de justicia. Que se haga patente, que los ciudadanos de este país en crisis sientan más cerca y puedan ejercer libremente –y por qué no, ya puestos, sin tasas judiciales- sus derechos. El derecho a la tutela judicial efectiva, el derecho al disfrute de la vivienda, el derecho a la familia, y sus derechos económico-sociales, aquellos derechos que a día de hoy se están infringiendo flagrantemente tanto por las entidades como- en parte- por el poder judicial y político de este país. Porque no es justo que una persona que solicitó en su día un préstamo hipotecario para comprarse una vivienda donde formar una familia, le arrebaten tal vivienda por el impago de simplemente 3 cuotas. La justicia tiene que hacer un cambio de “chip”.
Para este 2015 nos debemos proponer, entre todos, que nuestro  sistema económico-social sea realmente útil, y no simplemente bonitas palabras que para nada se lleva a la práctica. Se debe recuperar la confianza de los ciudadanos, esa confianza que han perdido desesperadamente por las situaciones que se les ha hecho vivir. Una confianza que, recordemos, es el motor de la economía  y el único que nos puede hacer salir de esta terrible crisis financiera.
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