Hasta ahora conocíamos el suelo de las hipotecas, pero hoy podemos afirmar que también conocemos el suelo del precio de las viviendas. El mercado inmobiliario ha llegado a tocar fondo y ahora le toca crecer, algo que ya ha empezado a hacer los últimos meses. A este hecho se le suma el hambre de inversión que tiene el capital extranjero tras la decepción que sufrieron cuando vinieron a comprar durante el año 2010. Ahora es su momento, y lo saben. Para nadie era noticia que los precios de las viviendas en España llevan bajando desde el año 2009 hasta que ya han tocado su suelo y empiezan a remontar. Y uno de los indicadores de este factor es el crecimiento de la inversión inmobiliaria por parte de extranjeros. Este ruido del mercado se ha visto amplificado por la llegada de inversores bastante conocidos internacionalmente, como Warren Buffet, George Soros o John Paulson así como el aterrizaje de los principales fondos inmobiliarios globales a nuestra economía. Todos estos están dando un empujón importante al volumen de inversión en el mercado inmobiliario global, hasta llegar a la nada despreciable cifra de 9.000 millones de euros que se espera llegar en concepto de inversión antes de que termine este año.

Los cazadores de gangas se van retirando del mercado y poco a poco se ve como el sector inmobiliario va sentando unas bases sólidas, con unos precios cada vez más competitivos después de toda la crisis que ha sufrido. Los valores actuales sugieren un futuro optimista – aunque largo- dada la recuperación que estamos siguiendo en nuestro contexto socio-económico.
El Sr. Alan Patterson, responsable de análisis europeo de real estate en AXA IM. Patterson distingue dos perfiles de inversores extranjeros interesados en el mercado español: aquellos con un perfil más institucional que están interesados únicamente en los activos más exentos de riesgo, y los más oportunistas, que no dudan en comprar activos más arriesgados (que incluso requieran inyecciones de capital) porque están buscando retornos anuales de entre el 5% y el 20%. Y a este movimiento positivo para nuestra economía se suma el favorable entorno económico internacional: la política monetaria manteniendo los tipos de interés, la “facilidad cuantitativa” –esto es, aumentar la liquidez de la zona- que el Banco Central Español pretende inaugurar en la Comunidad o la caída de un 40% del precio del petróleo que ha contribuido a reactivar la economía global.
Lo cierto es que desde finales de 2013, el mercado español está siendo un claro centro de atracción de inversión internacional. Y tal como dice Carlos Manzano Cuesta, responsable de Real Estate de Deutsche AWM “los valores actuales sugieren un futuro optimista, y esto lo hace atractivo para el inversor. Si será de forma prolongada o no, dependerá de la recuperación económica y de cómo se traslade esta recuperación a los precios del sector”.
El mismo Manzano va más allá concluyendo en la probabilidad que en los próximos cinco años el crecimiento del sector terciario español sea superior al de la media española. No obstante lo anterior, cabe esperar cómo afrontará el gobierno y la misma economía estos cambios, y si los aprovechará, creando empleo y productividad, variables solidas que puedan hacer crecer la economía en su conjunto mediante la explotación del sector que interesa ahora mismo a los forasteros.